La Cosecha de Sal en Las Coloradas: Un Tesoro Rosa

20/6/2025

En un rincón mágico del norte de la península de Yucatán, de aguas de color rosa y la naturaleza, ocurre un proceso milenario que ha dado vida y sustento a generaciones: la cosecha de sal en Las Coloradas.

Un paisaje que parece de otro planeta

Las Coloradas es un pequeño poblado costero ubicado en el municipio de Río Lagartos, Yucatán. Su nombre se ha hecho famoso por las lagunas rosadas que asombran a todo aquel que las visita. Pero más allá del atractivo visual, estas lagunas son parte de un proceso productivo ancestral: la salinera.

¿Por qué el agua es rosa?

El color rosa intenso de las lagunas se debe a una alta concentración de sal y a la presencia de microorganismos como las halobacterias y un pequeño crustáceo llamado Artemia salina, los cuales tiñen el agua de rosa, sobre todo en temporadas secas, cuando la evaporación es mayor.

Este fenómeno no solo es bello: indica que el proceso de cosecha de sal está en su punto óptimo.

Un proceso milenario con raíces mayas

La sal no solo es un condimento en la cocina: fue, en tiempos antiguos, un bien tan valioso como el oro. Los antiguos mayas ya extraían sal en esta región hace más de mil años, y la utilizaban no sólo para conservar alimentos, sino también como moneda de cambio en sus redes comerciales.

Hoy en día, la producción de sal en Las Coloradas combina técnicas modernas con el conocimiento tradicional. Es un ejemplo perfecto de cómo la historia y la naturaleza se unen para crear algo único.

¿Cómo se cosecha la sal?

El proceso comienza con el bombeo del agua de mar hacia una serie de lagunas poco profundas llamadas “salinas”. A lo largo de varias semanas, el sol y el viento hacen su trabajo: el agua se evapora lentamente y la sal comienza a cristalizar en el fondo.

Cuando el agua ha desaparecido casi por completo y la sal se ha endurecido, se recolecta de forma manual o con maquinaria. Esta fase es conocida como la cosecha de sal. Durante este tiempo, el paisaje se cubre de grandes montañas blancas que contrastan bellamente con las aguas rosadas y el cielo azul.

Un espectáculo natural... y cultural

La temporada de cosecha de sal es todo un acontecimiento. Si tienes la suerte de visitar Las Coloradas entre abril y agosto, podrás ver este proceso en acción. Las enormes pilas de sal, los reflejos del sol y los trabajadores con sus herramientas tradicionales crean una postal digna de admiración y respeto.

Además, algunas salineras permiten visitas guiadas donde se explica el proceso y se puede tomar fotografías (con ciertas restricciones para proteger el entorno).

Un oficio de respeto y resistencia

Trabajar en la salinera no es fácil: el sol es intenso, el reflejo en el agua y en los cristales de sal puede ser cegador, y las jornadas son largas. Sin embargo, quienes lo hacen, muchas veces desde generaciones atrás, llevan este oficio con orgullo. Son guardianes de un conocimiento que ha pasado de padres a hijos.

Recomendaciones si visitas Las Coloradas

  • Protégete del sol: Lleva lentes oscuros, sombrero y bloqueador solar biodegradable.

  • Respeta las indicaciones: Algunas zonas son privadas o de acceso restringido.

  • Acompañante de un guía certificado: Hay guías que te pueden explicar el proceso de cosecha y mostrar los mejores puntos para fotos.

  • No toques ni ingreses a las lagunas: Para conservar el equilibrio del ecosistema.

El viaje al corazón de la sal

Visitar Las Coloradas es mucho más que ver lagunas rosadas. Es una oportunidad para descubrir uno de los procesos naturales y culturales más fascinantes de México: la cosecha de sal. Un legado vivo que nos recuerda cómo el hombre puede trabajar en armonía con la naturaleza, respetando los ciclos del agua, el sol y la tierra.